Henri Zisly



Nacido en París de 1872, murió en 1945; anarquista, escritor, defensor del naturalismo libertario, empleado por la Compagnie des Chemins de Fer du Nord de 1897, destituido en 1915 por su artículo antipatriótica en Bataille syndicaliste París, escribió artículos para un gran número de periódicos anarquistas en Francia, otros países europeos y del Norte y América del Sur, sobre todo en Le Libertaire, sus redacciones incluido L'Humanité nouvelle 1895-1898, L'État naturel 1894-1898 y La Vie naturelle de París 1907-1920.

Los origenes del naturismo libertario

Escrito por Agustín Morán   
En un contexto de expansión colonial de las potencias capitalistas europeas, de confrontación bélica inter-imperialista (1ª Guerra Mundial) y de explotación y represión de las clases asalariadas, un reducido número de activistas libertarios fundan en Francia un movimiento naturista cuyos ecos llegan a nosotros ciento diez años más tarde.

Esta corriente, conocida como “Naturien” incorpora una componente anticivilización, antiprogreso y anticiencia en su acepción tecnológica e industrial. Surgida del anarquismo, aporta al naturismo la crítica a la civilización industrial y la defensa de un supuesto “estado primitivo natural” de la humanidad. Sus personajes centrales son Emile Gravelle (1855 – 1920), Henri Zisly (1872 – 1945) y Henri Beaulieu (1870 – 1944).

El ideario de los “Naturien” aparece, el verano de 1897, en el artículo “Nuestras bases. Demostración” del nº 3 de la Revista “L´etat Naturel”. El director es Emile Gravelle que se cuenta entre los 18 firmantes autodenominados “los naturien propagandistas”.

Las tesis principales de los “Naturien” son:

En el estado natural las regiones fértiles de la tierra eran ricas en biodiversidad en un contexto de equilibrio entre población y superficie … Con la sola producción natural del suelo se obtiene la abundancia … La salud es lo normal … la enfermedad es producto de la civilización …, los desastres de la naturaleza son la respuesta ante las agresiones a las que la someten los hombres … la creación de lo artificial ha determinado el sentido de propiedad … el comercio y la especulación sobre lo artificial engendra el interés, degrada el individuo y produce violencia … el progreso material es fruto de la esclavitud … cualquier institución social es contraria a las leyes de la filosofía humana …, no existen buenos o malos instintos, sólo satisfacción o insatisfacción de los instintos … la humanidad busca la felicidad, es decir, la armonía … la armonía reside en la naturaleza …”.


          Tras la revista “L´etat Naturel”, que publica sólo cuatro números entre 1894 y 1898, surgen otras revistas como “La Nouvelle Humanite” (1895 – 1898) dinamizadas por Henry Zisly y Henri Beaulieu y “La Naturien” de Honore Bigot. H. Zisly publica “Hacia la conquista del Estado Natural” (1899) que ya tiene difusión internacional en Europa y América y también “El orden natural” donde expone su ideario anticientífico. H. Beaulieu publica “La concepción libertaria natural” en 1901.

En España no se conoce el movimiento “Naturien” pero sí a sus autores. Albano Rossel (1888 – 1964) conoce personalmente a Gravelle y a Zisly a los que cita en su libro “NATURISMO EN ACCIÓN” (1922) y despliega sus teorías en la revista “El Naturista” que se publica entre 1922 y 1923, asentando la unión entre la cuestión social obrera y el naturismo.

Con anterioridad Federico Urales (seudónimo de Joan Montseny), difunde la ideas de Gravelle y Zisly en su publicación “La Revista Blanca” (1898 – 1905).

         Un rasgo de la corriente “Naturien” es la aplicación práctica de sus teorías. A principios del S. XX, Eugene Dufour vive en los bosques y en las orillas del mar alimentándose de agua y de frutas silvestres. Viaja a Nueva Caledonia donde habita en una cueva de forma salvaje y, en 1912, funda en Tahití la Colonia “Natura”.

El “salvajismo” que enaltece el estilo de vida primitivo y denigra la civilización tiene un propagandista en Alfred Marvé y su obra “L´age d´or (La edad de oro).


COMENTARIO

La crítica de los horrores de la civilización capitalista y la evocación de un mundo nuevo (antiguo) posible, dota de una poderosa energía a la corriente “Naturien”. La critica a la civilización, incluyendo la crítica a la ciencia, la tecnología y la idea de progreso - y no específicamente a la economía capitalista-, otorga a los “naturien” una indudable superioridad frente al dogmatismo economicista y la fascinación tecnológica del marxismo codificado que maneja la mayoría del movimiento socialista y comunista internacional.

Sin embargo la ideología “naturien” contiene factores que esterilizan su energía transgresora. A) su individualismo: los naturien priman las actividades individuales o de pequeñas comunas sobre la lucha popular contra el capitalismo. B) su espontaneísmo: desconsideran la organización, desprecian cualquier estructura organizativa o institución como herramienta - contradictoria pero herramienta - de lucha. C) su misticismo: identifican el orden natural, concebido como algo providencial, con la naturaleza virgen y colocan en ese escenario abstracto e inexistente a un ser humano igual de abstracto e inexistente.

Las concordancias del pensamiento “naturien” con el conservacionismo norteamericano (Emerson, Thoreau, Withman, Aldo Leopold, etc) y con algunas corrientes teóricas anarcoindividualistas, componen los fragmentos ideológicos que, recortados y pegados, sustentan la precaria ideología del ecologismo capitalista socialdemócrata moderno. Su tronco común, el liberalismo individualista, explica el seguidismo del mayor sindicato anarcosindicalista español respecto al ecologismo socialdemócrata.

A.M. V´08

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