Ricardo Sanz, el afán de lucha y de leyenda


Ricardo Sanz García, fue un dirigente anarquista nacido en Canals, provincia de Valencia, en 1898. Hijo de campesinos empezó a trabajar a los 12 años en una fábrica de harinas haciendo largas jornadas de más de doce horas. A los dieciséis años se traslada al barrio del Poblenou donde residían unos familiares y trabaja en una industria de tintorería textil, afiliándose a la CNT. Amigo de Pau Sabater "El Tero",compañero de sindicato que trabajaba en el Poblenou en la tintorería "Canilla" y que sería asesinado por los pistoleros de la patronal. Formó parte del comité de huelga de "La Canadiense" del 1919.

Su actividad militante se acentúa a partir de 1920 y participa en las actividades del grupo "Los Solidarios", es entonces cuando entra en la cárcel. "Mi escuela se inicia con la primera detención en el año 1920 y las prisiones de Zaragoza, Madrid, Barcelona, Eibar y San Sebastián fueron mis universidades y de la mayoría de los sindicalistas de mi época..."

Una vez libre combina su trabajo primero en la construcción y después en el "ramo del agua" con su participación en la denominada "gimnasia revolucionaria", en la que se destaca defendiendo las tesis "faistas" contra los "treintistas" y publicando un furibundo opúsculo titulado "Los Treinta Judas", a pesar de su aprecio tanto a Pestaña como a Puente. Ocupa cargos en el comité nacional de la CNT y mantiene una intensa actividad propagandística por toda la península.

La víspera del golpe fascista del 19 de Julio de 1936 es de los que velan armas como miembro del grupo "Nosostros" en el piso de Jover de la calle Pujades junto a García Oliver, Durruti, Ascaso, Ortiz, etc, para salir a la calle a combatir a los militares sublevados y mostrándose en primera linea en la lucha de Atarazanas.

Sanz es de los que duda entre seguir la consigna de García Oliver de "ir a por el todo" y la mayoritaria posibilista que acabaría en el colaboracionismo interclasista. Ocupa diversos cargos de responsabilidad, entre ellos el de jefe de la Columna Durruti, cuando éste muere en el frente de Madrid y que posteriormente se convertiría en la 26 División. Experiencia que relata en el libro "Los que fuimos a Madrid".

Con la derrota en 1939, pasa a Francia donde es internado en el campo de Vernet y luego trasladado a Argelia y aquí una vez liberado por las fuerzas aliadas trabaja como panadero. En 1945 marcha de nuevo a Francia defendiendo las tesis colaboracionistas, pero su activismo va decreciendo y según los que le conocieron entonces cayó en gran medida en la megalomanía, quizá víctima de esa oratoria épica de aquellos tiempos y de haber vivido, en primera persona, el momento más álgido de la lucha de clases. Antes de morir en el 1986 asiste al congreso de 1983 de la CNT siguiendo a los escindidos.

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