Michele Angiolillo
Lombardi (5 de junio de 1871, Foggia, Italia - 20 de agosto de 1897, Vergara,
Guipúzcoa, España), periodista y anarquista italiano. Conocido por haber
asesinado al Presidente del Gobierno español Antonio Cánovas del Castillo.
Michele Angiolillo, un anarquista italiano que
pretendía vengar las muertes de otros anarquistas en el castillo de Montjuïc
(Barcelona) por parte de las autoridades españolas - en Cataluña y
especialmente en la ciudad condal las fuerzas del orden mantenían con los
anarquistas una guerra abierta-. Como el mismo Angiolillo reconoció repetidas
veces: "He venido a vengar a mis hermanos de Montjuïc."
Angiolillo fue detenido por las fuerzas del orden
sin oponer resistencia, las posteriores investigaciones descubrieron que el
asesino era un hombre bien conocido por la policía, una de sus múltiplas
detenciones lo fue por las bombas que se lanzaron en el Teatro del Liceo
barcelonés, aunque finalmente no se pudo probar nada.
Después de un tiempo en el cual marchó de
Barcelona y en el que estuvo en Bélgica, Francia y el Reino Unido regresó de
nuevo a España, aunque antes pasó por París.
En la capital francesa se entrevistó con el
independentista portorriqueño exiliado Ramón Emeterio Betances. Según algunos
historiadores -entre los que destaca Hugh Thomas- el lider independentista
aconsejó al futuro magnicida que no atentara contra la vida de la regente
María Cristina, que al parecer era el primer objetivo de Michele Angiolillo,
y que como golpe de efecto, nacional e internacional, atentara contra quien
de verdad tenía poder ejecutivo, Cánovas del Castillo.
Desde París Angiolillo regresó a España, donde,
para ocultar su identidad, se hizo unas tarjetas con el nombre de Emilio
Rinaldini, corresponsal del periódico "Il Popolo", cuando las tuvo
en su poder marchó hacia el balneario guipuzciano de Santa Agueda donde se
hospedó cuatro días antes que llegara Cánovas sin levantar ninguna clase de
sospecha.
Siete días después del asesinato, Angiolillo fue
condenado a muerte por un Tribunal Militar. El 20 de agostó fue ejecutado por
garrote en la prisión de Vergara. Se dice que su último grito antes de morir
fue: "¡Germinal!" . Germinal era el nombre de la novela de Zola y
que algunos anarquistas consideraban una guía a seguir.
El NEW YORK TIMES, ese periódico norteamericano
"ejemplo y paladín de libertad" escribió en sus páginas al conocer
la muerte del gobernante hispano: "Los cubanos van ¡por fín! a ver
realizados sus sueños de libertad, porque ahora, sin Cánovas, la guerra entre
Estados Unidos y España es inevitable." Desde nuestro punto de vista
creemos que la muerte de Cánovas no cambió ni un ápice los planes que Estados
Unidos tenía sobre España y Cuba -sobre la segunda aún los tienen-, nadie
puede ser ajeno, estudiando mínimamente el momento histórico y conociendo la
mentalidad de los norteamericanos, que aprovecharían la decadencia y el
aislamiento del Imperio español para tratar de apoderarse de sus últimas
colonias en la zona, y para eso, apenas era significativo que Cánovas viviera
o no...
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